Carlos Aguirre


LAS CANCIONES VIAJERAS DE CARLOS AGUIRRE

El compositor, pianista, arreglador y multiinstrumentista entrerriano Carlos Aguirre está considerado uno de los creadores más originales de la actual música argentina de raíz folclórica. Gestor de una obra nacida al abrigo del folclore como marca identitaria, lo entiende no como un pensamiento anquilosado, sino como una expresión dinámica, amplia y cambiante. Sus composiciones abarcan desde la canción hasta un profundo desarrollo de la música instrumental, con una atmósfera camarística, una exquisitez técnica propia de la formación clásica y recursos provenientes de músicas populares como el jazz y los sonidos de latinoamérica.
Con más de 25 años en este camino artístico, el "Negro'' Aguirre encuentra que "la posibilidad de dialogar con la música es una oportunidad concreta de aprendizaje. Es una puerta que se abre en cada viaje y con cada vínculo que nace’’. Precisamente, a fines de 2010 hizo su primera visita a Oriente, donde presentó su música en distintos escenarios de Japón y China, a propósito de la edición oriental de su primer compacto en grupo, "Cremita''.
El resultado de todos estos años de vivencias con notables músicos argentinos, chilenos, uruguayos, brasileños y de lejanas latitudes del mundo, ha decantado en un paisaje íntimo que Carlos Aguirre supo plasmar en un particular lenguaje propio. Esa mirada se traduce en su trabajo solista, como pianista, compositor y arreglador, pero además se expande en la experiencia colectiva con otros artistas y junto a su grupo.
En su labor solista Aguirre profundiza su relación con el piano, el instrumento que significó su primer vínculo con la música y que dejó plasmado en su disco "Caminos'' (piano solo, Shagrada Medra, 2007). Las piezas de esa obra discográfica revelan sus distintas facetas, que van desde una formación clásica en el instrumento hasta el placer de la improvisación con la música popular.
En su dedicación a la composición ha explorado la forma de la canción, lo que resultó en numerosas obras que dejó registradas en los tres discos junto a su grupo (crema, rojo y violeta, editado por el sello independiente Shagrada Medra) y que recrea en versiones minimalistas en cada presentación como solista. Es de próxima aparición un trabajo discográfico que reúne un grupo de canciones basadas en ritmos latinoamericanos.
"En un momento se instauró en mí una necesidad de búsqueda muy intensa que nunca me abandonó. Por eso para mi la única certeza que tengo, en el sentido musical, es que estoy en una búsqueda constante'', define Aguirre. Esa curiosidad lo acercó en la búsqueda a otro joven compositor argentino, nacido en Tucumán, Juan Quintero, con quien el compositor entrerriano comparte una misma mirada sobre el folclore y un abrazo musical que los une en cada cruce de caminos.

Trayectoria

Tras haber compartido prolíficas obras musicales como pianista junto a artistas como Lucho González, Luis Salinas, Quique Sinesi y Silvia Iriondo, entre otros, Carlos Aguirre comenzó a vincularse con la canción a través de su labor como arreglador de cantantes argentinos, peruanos y chilenos. De esta relación con la música cantada y la literatura surgieron canciones que quedaron registradas en tres discos con su grupo, trabajos que tienen como característica una minuciosa elaboración de impronta artesanal y un exquisito sonido camarístico. En ese contexto, su relación con el eximio guitarrista entrerriano Eduardo Isaac le aportó el lenguaje universal del instrumento y, desde esa experiencia, escribió obras para las seis cuerdas y la recientemente estrenada “Escenas paranaenses’’, una suite para guitarra, percusión y orquesta.
Como pianista, editó el disco “Caminos” (2007, Shagrada Medra), de piano solo, donde plasmó gran parte de su formación camarística, sin dejar de lado el color folklórico latinoamericano.
La composición lo ha llevado a explorar distintas formaciones para liberar su música, entre las cuales se cuentan dúos con Jorge Fandermole, Juan Quintero, Francesca Ancarola y Hugo Fattoruso, entre otros.
“Para mí la música es resultado de un pensamiento. Y el pensamiento se construye con un montón de patas que arman los conceptos que uno sintetiza en lo que hace -expresa Aguirre-. Mi música es la lectura de un lugar, pero es la traducción de un mundo interior, que está atravesado por un montón de cosas, por la realidad más cercana, por realidades distantes y por un buen porcentaje de fantasía. Si uno piensa en un mundo ideal, en el mundo que uno quisiera habitar, y lo trabaja, va dando lugar a la gestación de un paisaje interno frondoso. Ese paisaje es el que vas trabajando a medida que desarrollás un trabajo creativo como componer una canción, una música. Por eso para mí es muy grato alimentar mi mundo con el mundo de otros creadores, con quienes disfruto y crezco en cada encuentro’’.